viernes, 10 de diciembre de 2010
Las fábulas de un pecaor Vol 1: La cigarra y la hormiga
La pequeña hormiga estuvo currando todo el verano recogiendo grano mientras que la cigarra se estuvo tocando los cojones y gastándose sus ahorros en putas y barcos. Se las veía limpitas para ser cigarras.
Pero llegó el frío invierno y la cigarra no tenía dónde caerse muerta, así que visitó a su amiga la hormiguita y le pidió cobijo, comida y una mantita con la cara de Pocahontas y el mapache ese guarro que iba con ella.
La hormiga empezó a darle la brasa con el tema de que estaba hecha una vaga y que se hubiera puesto a trabajar como un insecto de bien, así que la cigarra decidió cepillarse un par de veces a la hormiga antes de matarla.
Así se pasó todo el invierno comiendo, buitreando en un Badoo para cigarras y viviendo de fruta madre en la maceta de un duplex en Alberto Alcocer, hasta que llegó el verano de nuevo y se fué a Benidorm a gastarse todo en más putas y barcos.
¿Después del verano?, no hubo más inviernos, puesto que la esperanza de vida de las cigarras no llega a los dos años. Hacen falta 43 generaciones de garrapatas para pagar mi hipoteca.
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Joder, conozco más cigarras de las que creía.
ResponderEliminarMe gusta el blog, sigue así ;-)
La hormiga le esta mirando todas sus partes xD
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